Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://monicaxsdq354552.blogdon.net/qué-pasó-realmente-en-el-cabezazo-de-zidane-54558678